Necesitaba escribir de algo ligero hoy. ¿Y qué hay menos serio que un pedo?
Pelo brillante. Maquillaje natural. El conjunto on point. Freshly shaved. El paquete completo de “Te voy a dar la bienvenida a España” Preparo una tortilla de puta madre y él trae Estrella Galicia. Porque sabe escuchar, sabe de donde soy y por consiguiente, cual es mi cerveza favorita, si bebo cerveza. Y con la cerveza, vienen las risas, los gases y con las posturas del Kamasutra, los pedos impertinentes que te quitan las ganas de reír. Dime tú a mí cómo puedes disfrutar completamente del sexo si lo único que estás pensando es en aguantarte ese pedo dentro de tu cuerpo a toda costa.
Y diréis “Pues vete al baño y te lo tiras allí” ¿pero cómo me voy a tirar un pedo en un Airbnb enano en La Latina sin que aquello se oiga? ¿Y cómo voy a salir del baño sin reírme?
-Para ti, te lo dedico.
Además, ¿quién quiere desnudarse saliendo de una blusa oversized recién cosida, divina, para acabar tirándose un pedo en la cara de su cita?
Este hombre tampoco la tiene precisamente pequeña para ayudarme con este dilema. Me quedaban algo así como 2 mm² para un pedo que se me estaba clavando en las costillas. Le dije ¿si eres todo sangre no te puedes concentrar para que crezca un poquito menos?
Exacto. He can’t.
¿Se me escapó el pedo?
No. Ahí se me notó el pilates. Qué control tengo madre mía. Y cómo me escucharon en el cielo mis plegarias. Si se hubiera salido, pues bueno ¿qué le vas a hacer? -Oopsie. ¿Abrimos la ventana?
Esto es la vida.
Qué dolor y qué risa a la vez. De esto que te está pasando y ya sabes que os vais a morir de la risa tú y tus amigas hablando de un pedo atravesado al día siguiente, con ellas confirmando con ¡qué mal se pasa! El mundo también tiene cosas divertidas y tiernas, como el pedo que sí se le escapó a él. Tanto aguantarme, pa ná.
Un abrazo grande, grande. Y una cartita fugaz.
Love,
Nu.