Como veis, pienso mucho en la ducha. De pie, con el agua hirviendo, mientras miro al suelo y noto el agua caer. Pienso en por qué no somos
unapologetically
valientes. Siendo el quererse a una misma, ese raro acto de valentía.
Diseñé un vestido de novia para una amiga. Verla enfundada en ese vestido habría la imagen más increíble. Sin embargo, ella decía que le ponía nerviosa el tener que defenderlo y que no se sentía capacitada para llevarlo. Así que, fue a otro sitio, cambió único por clásico, y diferente por seguro. Y bajo el agua, recordando esto, le dije en mi pensamiento:
<<Tú te ves pequeña
y yo te veo por lo que eres>>
Te veo por lo que eres, te veo por lo que eres… me quedé repitiendo esto, escribiéndolo en el vaho de los cristales como si de un pensamiento prestado se tratase, para no olvidarme.
Verte por lo que eres es simplemente ver todo tu potencial sin regatear.
Sin hacerte de menos. Sin compadecerme de ti. Sin creer que debes encajar en un canon oxidado de belleza.
¿Qué es regatear?
Pensar que no eres elegante, sexy y suficientemente inteligente como para lucir cualquier prenda que te apetezca. Es como que tu miedo te ofrece una versión mutilada de ti misma, y unas gotas de
self-love
te catapultan bien alto. Tu versión mutilada es un aburrimiento. Tu versión mutilada es aquella en la que hablas mal de ti. La que se da poco permiso o ninguno a disfrutar. Porque la vida es muy corta para no gozársela, para no honrar nuestros cuerpos. Hay que tener el morro suficiente para decirle a tu novio: ¿Sabes de que me he dado cuenta cuando me miro al espejo? De que eso es lo que ves tú cuando estas conmigo.
You are a lucky man.
¿He dicho yo eso recientemente?
Yes.
Yo, desde aquí, no os escondo, ni siento pena por vosotras, ni os reconozco incapaces de llevar un vestido con la mayor elegancia y seguridad del mundo. Ni quiero esconder vuestros brazos, ni tapar vuestras barrigas, ni decidir por vosotras lo que os debe hacer sentir inseguras de vuestro cuerpo. Me traes tu barriga y yo te la pongo en un altar. No voy a rebajar a mis diseños en agua para que os los traguéis mejor, os voy a subir el estado de conciencia, que os hará más bellas, y así me mantengo fiel a mi misma. Además, es poco humilde asumir por las demás en que cantidad aman sus cuerpos. Ver a un cuerpo, no a una persona, ver que es gorda y arrogantemente asumir que ella es insegura, me pone de mal humor.
Not on my watch!
¿Por qué me quiero?
Para ofrecer un camino sano.
No valen ya los <<Quiérete>> vacíos, como si fueramos una taza de Mr.Wonderful. Hay que dar ejemplo, ¿quieres ayudar a tu amiga? Quiérete tú. No le des consejos que no sean desde tu experiencia. Sé egoísta y quiérete primero. Te verán y seguirán tu ejemplo.
Date permiso.
¿Quieres permiso externo para quererte? Yo te doy permiso. No se cual es vuestro aspecto, ni os pongo cara a las lectoras, pero si buscáis permiso externo, aquí lo tenéis ¿no tienes el tuyo? Tienes el mio. Date el lujo.
No vendría mal un post-it en el espejo que lea:
Me doy permiso para quererme. Me veo por lo que soy de verdad.
Y dejar que penetre en la mente. Y él, que siga pensando, que es el hombre más afortunado del mundo, por verte la cara por las mañanas.
Love,
Nu.
Visítame en: