Sororidad.
Para quien no sepa lo que es, la definen así:
1. f. Amistad o afecto entre mujeres.
2. f. Relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento.
Por mucho que crea en el amor, la amistad y en elevarnos las unas a las otras dándonos permiso para ser quien queremos ser; a mí, la palabra sororidad me provoca rechazo, por no decir, alergia.
¿Por qué?
Os pongo en situación con una anécdota.
Hace 4 años, compartía piso con unos amigos y uno de ellos tenía novia. Un día, ´El día de mi suerte´como la canción de Willie Colón y Héctor Lavoe (Ponedla
aquí
para que os acompañe la lectura ), desayunando en mi ropa interior, recibo un recado de ella a través de él: <<Cuando vayas por casa, no vayas en ropa interior>>
No penséis que eran tangas de encaje con ligueros, eran culottes básicos negros de los que vienen en pack y camiseta.
Lo que yo veía:
Lo que ella veía:
Yo, tonta de mí, accedí a ponerme pantalones cuando tendría que haberme limitado a decir ‘No’
Una mujer sexualizando el cuerpo de otra mujer. ¡Qué novedad! No nos llega con un cierto colectivo de hombres, que también tenemos que ver nuestro cuerpo etiquetado como sexo por desconocidas. Mi cuerpo es sexo cuando yo quiero que lo sea. Punto y final.
Entonces, una amiga, le comenta esta historia a unas amigas suyas y ellas dicen que claro, que por hermandad, debería taparme. Manda cojones y disculpadme la expresión. Esto es como decir, que si a una mujer la violaron, era porque su falda era muy corta.
Sufren de feminismo selectivo. De encender y apagar. Vacío.
Mujeres defendiendo la unión, la sororidad, anulando a otras desde ese machismo que llevamos en el ADN de nuestra sociedad. El machismo que defiende que el cuerpo de una mujer siempre ha sido, es y será sexo.
¿Cualquier cosa que haga una mujer es para provocar a un hombre no?
Yo también he sido de pequeña una #slutshamer. También he juzgado a las mujeres por la cantidad de su cuerpo que exponían. Por cómo vestían y por cómo se acercaban a los hombres. Pero me enseñé mejor. Esas son las cosas buenas de la vida, que creces, aprendes a ser humilde y maduras.
Sororidad. Es una palabra preciosa. Pero creo que se usa a la ligera, para quedar bien y sin ninguna acción posterior ni sin ningún tipo de mejora interior. La sororidad ha quedado reducida a la escena consciente en una serie de Netflix donde mujeres con un trabajo normal o sin él, se pueden pagar un pisazo en Chueca para ellas solas.
Mucho <<
We should all be feminists
>> pero después nos vamos a dormir tan tranquilas sin haber contribuido en nada a este mundo. Mucho <<Por ti hermana>> pero somos las primeras en juzgar a la de al lado. Mucho <<Mientras haya una mujer sometida nunca seré una mujer libre>> pero después diseño para el
fast-fashion
donde mis diseños se cosen en fábricas subcontratadas por mujeres en condiciones horribles.
Nos juzgan por sensuales, por sumisas, por trans. Porque esas mismas mujeres que decían que debía taparme por hermandad, son las mismas que te dicen que a la marcha del 8-M no deben unirse las mujeres trans, con el argumento tan terrible como <<Ellas no saben lo que es sufrir ser mujer desde pequeñas>> Lo que ignoran ellas es que el verdadero sufrimiento es nacer en un cuerpo, que sientes que no es el tuyo ¡Hasta parece que competimos por ser el colectivo más víctimizado en vez de simplemente ayudarnos para avanzar como comunidad!
Mucha etiqueta, mucha conciencia y después se nos olvida lo más básico: respetar lo que no entendemos, no hacer mal a nadie, ayudar a que todo mejore sin buscar que nos regalen una insignia como en las
Girls Scouts.
No podemos reducir el sentido común a un
hashtag
y una manera de vivir, a un día.
No creo que tenga que hacerte la vida más fácil, porque sea mujer y tú seas mujer. Simplemente voy a tratarte bien porque es lo sensato. No te trato bien porque considere que la sociedad te menosprecia, te trato bien porque te lo mereces. Y no te puedo empoderar, porque eso solo es decisión tuya y solo tú te lo niegas o te lo das. No tengo porque comprenderte o hacerte sentir bien en tus miedos porque tú decidas percibir mis actos o mi apariencia como una ofensa o una amenaza.
Yo soy más de la hermandad sin etiquetas y sin géneros. De la que existe sin palabras y que va de tú a tú. El feminismo es el único camino lógico y debe darse cuando nadie nos ve. No lo convirtamos en otra cosa más para vender cremas.
Cuida de la gente en general. Pero de ti primero. Y cada una que se busque la vida. Que a la que le puedan los celos siempre puede buscar ayuda para sanarlos. Pero no manipulemos a las demás escondiéndonos detrás de palabras bonitas como ‘sororidad’ con argumentos tan tristes como ‘porque somos hermanas’. No juguemos a la falsa iluminada, que es agotador.
Yo voy a seguir paseándome en ropa interior por casa. Le pese a quien le pese. O a no llevarla, debajo de mis vestidos.
Love,
Nu.
P.S: La próxima os cuento lo que es tener de verdad un buen círculo de mujeres
. Que a veces no son más que 4 y es lo mejor.