La carta de hoy quiere despertar la comunicación entre dos personas que se importan. Ladies, talk to your men. Hablad de vuestras necesidades. Tomad espacio para saber cuáles son. Solucionadlas. Con él o sin él. Pero no te conviertas en esa mujer que se engaña. La carta de hoy está patrocinada por dos completos extraños, también borrachos, que nos incluyeron en su jaleo en una barra de bar.
Digamos que la vida siempre me regala situaciones sobre las que escribir. Y como no quiere la cosa, saco el móvil del bolsillo y empiezo a anotar, perla tras perla, con una discreción que sólo rompe mi amigo Juan riéndose para decirme ¿éstas escribiéndolo para carta?
Afirmativo.
XOXO,
Gossip Girl.
No voy a dar nombres, ni provincias de procedencia, ni cantidad de hijos exacta que tenían ese par ( por separado) y que generosamente nos compartieron en busca de consejo. Tampoco diré el lugar donde nos cruzamos.
Llegamos sobre las 23:00 y nos colocamos en un mini hueco en la barra. “Mi madre, estos dos están para irse a un hotel ya” nos decimos entre risas, atónitos ante tales tocamientos.
Después de ver besos, abrazos y manos en lugares muy, pero que muy oscuros, casi como por arte de magia, ella se gira hacia nosotros y nos pregunta:
-¿Pensáis que le gusto?
-Hombre pues con los pocos datos que tenemos podríamos decir que sí.
-Es que no se quiere acostar conmigo. Y yo le digo que debemos. Es que estamos casados y nuestras parejas son muy amigos entre ellas también . Yo tengo un niño y él una niña. Y entonces él no quiere conmigo. Que no podemos. Y yo quiero.
-Esto parece una comedia romántica. Quizás vuestras parejas también se están liando entre ellas en este momento- les digo.
-A mí mi marido no me echa cuenta.
Él interviene e intenta exponer porqué no deben acostarse, aun pensando ilusamente que esos besos no significaban nada, y que seguramente tampoco eran una infidelidad. Yo le comentó una cosa que escuché por la mañana:
-A alguien que quiere acostarse contigo le puedes contestar dos cosas: “Tengo mujer” o “Lo siento, tengo mujer”. Tú representas a la segunda. Y me atrevería a decir que no lo haces por culpa, y no culpa por tu mujer, si no que te sientes culpable por tu hija”
-No estoy preparado para tanta profundidad. ¿Qué edad tenéis?
-33
-¡Qué esperanza les damos enseñándoles nuestra vida así! Nosotros así con cuarenta y pocos.
El caso es que no le deben ejemplo a nadie más que a ellos mismos. Eso, y sinceridad. Yo lo que veo es falta de comunicación con sus respectivas parejas, silencio que se llevan a la mentira. “A mí mi marido no me echa cuenta” es una clara señal de haberse olvidado de porqué se importaban el uno al otro y de pensar en que aman de verdad, que han elegido ignorarse supongo que arrollados por la rutina y la ignorancia emocional que pasea por las calles.
En vez de decir en voz alta lo que desean, buscan en otro lo que no les da su pareja. Solucionado. Arriesgando, por infantiles, lo que quizás les importe mucho más que un calentón en un bar. O quizás desees las dos cosas, ya te hablo a ti, pero háblalo con tu pareja antes. Sé honesta. Cuéntate la verdad. Ve por delante, que el mundo ya es una mierda como para joder nosotros más a quienes queremos, coño.
¿Quieres acabar follando en el baño de un bar? (Aunque no os lo recomiendo) Pídeselo. Quizás él lo está deseando tanto como tú, pero decides llevarte tu energía de esa persona con la que has decidido tener hijos y engañarla, so you can have the cake, and eat it too.
¿Y qué pasa con la avaricia? Que rompió el saco.
¿Qué tiene que ver esta carta con Cléa?
No sé. Pero es la que patrocina estos textos con sus pequeñas reflexiones.
www.cleastudio.com
Love,
Nu.