¿Quién no ha vivido el
glow-up
más increíble de la historia después de superar a un ex? Sobre todo cuando te das cuenta de que has perdido tu tiempo llorando por alguien que no aportaba nada. Aun nos jode un poco, por eso estamos ese extra de guapas, pero no lo suficiente para caer en la relación de nuevo. La energía de una mujer enfadada porque se acaba de dar cuenta de su valía es de lo más atractivo y poderoso de este planeta. Puro fuego.
Glow-up
sobre todo si en la ruptura, ha habido cuernos de por medio. De eso sé yo mucho. Vuestro querido vestido
Camila
nació de esa rabia, hijo de un ego dolido y de un ‘Prepárate que voy’. También el
Candela
. Y la
Tulip
.
You know.
Me han puesto los cuernos mucho.
La ropa como escudo y como discurso. Muestra a quien no puede herir más y cuenta la historia de la mujer que sabe su verdadero valor. Algo que es innegociable ya para ella. No hay marcha atrás.Esto es marcarse un
Revenge dress
a lo Diana de Gales. Un ‘
Go to hell’
sin perder una gota de elegancia.
Qué pena pensar que en España solo tenemos a la Pantoja diciendo «Dientes, dientes, que eso es lo que les jode» y no a una mujer generosa, humilde y con el corazón enorme.
¿Quién necesita más este momento de
revenge dress
? Tú. Porque chica, no podemos estar a la sombra de las buenas o malas decisiones de alguien, ni esperando un milagro que convierta a una rana en príncipe. Y más cuando el príncipe, nos salió rana.
¿Quién lo disfruta más?
Las amigas.
Las amigas que te han visto pasarlo mal y de repente te ven brillar de nuevo,
as usual
. A mi me entran ganas de aplaudir, saltar y salir a bailar a Sala Clamores (mi sitio favorito)
Parece mentira que la línea entre el victimismo y la acción sea un vestido que te haga sentir sexy.
De la depresión a la alegría hay muchísimas emociones. Cuantas más ganas de venganza tengas menos falta de autoestima padeces. Y sí de camino a tu alegría, te das permiso para sacar la rabia, yo, te la bendigo. Entre ‘Quiero morirme de la pena’ a ‘Quiero matarle’. Elegimos el segundo (imaginariamente). Ya que la rabia te recuerda que aun tienes amor propio y el victimismo te arrastra a lo oscuro de tu mente. Tampoco es cuestión de atraparte en el enfado. Lo del
revenge dress
es un día. Si van a ser muchos los días que quieras vestirte contra él (y no para él), plantéate que quieres volver a la relación. Y ya solo sabes tú, si te compensa o no volver con alguien que te hace cuestionar quien eres.
Un poco más arriba en la escala tenemos la decepción, y un poco más elevadas: la satisfacción, el optimismo, la pasión y el amor. Y es ahí, a donde apuntamos. La venganza es una anécdota de camino a tu paz.
También os digo que esos momentos de dejarle mudo en nuestra presencia, deben ser inspirados y no provocados. Para que sepan bien, para que no tengas ni rastro de amargor en ti y para que parezcan orquestados por algo más grande que tú. Como me dijo mi amiga Sara un día << Nuria, no busques el sorprenderle y que vea a quien ha perdido. Eso pasará solo sin que tú tengas que mover un dedo>> Cuentan que los borrachos, siempre dicen la verdad.
Pasar de sentirse pequeña a sentirse una diosa es casi mágico. De repente, el vestido te lleva a ti y te hace canalizar otra personalidad, para personificar a esa mujer que se ama y que ves en tu futuro más cercano.
Daddy Lessons
de
Beyoncé
te corre por las venas y tarareas
‘My daddy said shoot, oh my daddy said shoot’
mientras paseas.
La bala, es un vestido. Y el estruendo del arma, un
fuck you
silencioso que jamás saldrá de tu boca.
Time for a revenge dress.
Love,
Nu.