Esta carta se la dedico a mi ex-jefa, quizás hasta debería mandársela por correo, persona a la que me hubiera gustado admirar o pedir consejo, pero que odié por tirana y que me inspiró, inspirando nada, a ir con más empeño a por lo que quería, que era ser diseñadora.
Carta a Missvamosallenarlaentradadelcolegioconpalomasdelapaz mientras acoso a mis buenas maestras.
No sabeis la de párrafos que he escrito en esta carta, reviviendo sus estupideces y asedios, pero lo mejor ha sido borrarlos para ir a lo bueno.
¿Por qué que tu jefa sea una ***** es una bendición?
La rabia bien canalizada es muy buen combustible.
-Te hace replantear si lo que estás haciendo te gusta de verdad.
-Te da las ganas necesarias para encontrar el siguiente paso que vas a dar una vez la mandes a tomar viento.
-Te hace ver qué tipo de jefa no quieres ser, ese tipo de jefa que causa que no te quieras levantar para ir a trabajar porque solo cruzártela te da ansiedad.
Y poco más, porque no voy a caer en el cliché de que aquello que te duele, te hace más fuerte. Porque eso es justificar que el sufrimiento te hace mejor persona, más dura, más sabia. Y yo ya era buena persona antes de esa mujer y sabia me hizo el tiempo.
Pero coges esas tres razones buenas y las usas como herramienta para ir a por aquello que quieres, con todo lo que tienes ¡El gusto que da irte porque vas a vivir tu sueño y desaparecer de su entorno!
No te puedes paralizar pensando en lo desgraciada que es o en lo mal que te lo hace pasar por deporte, tienes que poner la mira en tu objetivo y llenarte de alegría pensando que lo vas a conseguir. Aunque en ese momento la única alegría sea dejar de ver su cara de perro.
Nunca te quedes en un sitio en el que te tratan mal por dinero. El dinero siempre llega y no te mereces comer mierda porque hay que pagar facturas. Tu vida no debe ser trabajar para cubrir gastos. Esto creo que lo voy pillando y Cléa también.
Si tener un mal jefe o jefa lo utilizas como catapulta para lanzarte a por lo que quieres, olé tú. Yo siempre pienso, si mis jefas y algunas compañeras en el colegio no hubieran sido como fueron: un insufrible dolor, me habría quedado de maestra ¿Dos meses de vacaciones pagados? I’m in. Pero ese infierno de colegio, me hizo poner un post-it en mi pantalla del ordenador de mi aula que decía: Un medio para un fin. Y conseguiré mis meses de vacaciones pagados, pero por Cléa qué es lo que me hace realmente feliz (aunque te cuento un secreto: la gran parte del tiempo trabajar en Cléa, es como estar de vacaciones, porque me encanta y hago casi todo lo que me da la gana)
¿Cuál es tu fin?
Yo estaba allí para ahorrar dinero para pagarme mi carrera de diseño de moda. Cada día allí era un día más cerca de ser diseñadora.
Lo que necesitó mi ex-jefa para bajarle a los humos fue un <<Si no paras, tendremos que denunciarte o llamar a inspección>> ¡Cómo daba los buenos días después de eso! Suave como la seda. Siempre agradeceré a mi compañera que tuvo los ovarios para decirle que ya no ibamos a comer más, lo digo, mierda. Recuerdo que la tomaron con ella, ella se lo iba a decir, y el resto le dijimos que si quería hacerlo, nosotras lo hacíamos con ella.
Nos amenazaba con:
-Tengo la mesa llena de currículums de maestros de inglés.
Not as good as me bitch, not as good as me.
-Todas tus madres (de alumnos) se quejan de ti.
Lie. Eso sí se lo dije. Eso ya no lo podía consentir.
Y mil cosas más, pero os hacéis la idea.
Eran mujeres tan tóxicas que en vez de arropar a maestras de 21 años recién salidas del horno, nos ponían en situaciones incómodas, inseguras en las que nos sentíamos indefensas.
A día de hoy, alguna que otra de ellas está suscrita a estas cartas, casi me caigo de espaldas al ver la suscripción. Así que vamos a echarles una mano: Os confirmo, se puede vivir bien haciendo lo que te gusta sin pisarle el cuello a nadie. Sin intimidar y sin desvalorizar. Que yo me vea guapísima no te quita la oportunidad a ti de hacerlo. Ojalá te hubieras sentido bella para no tocarme los cojones a mi. Si te sientes mejor, haciendo sufrir a alguien, demuestras que eres una persona triste, pasando por una época en la que eliges tratar horriblemente a los demás para diluir tu frustración. Puedes ir a terapia, contar hasta 100 o leerte 20 libros de desarrollo personal, elige.
Si no es tu jefa, será una compañera, si no es una compañera, será la novia de un amigo, o un compañero o un jefe más. Puede que en diferentes ocasiones, nos encontremos con gente así de tóxica, pero no podemos regalarles ni un poquito de nuestro tiempo ni de nuestra atención porque tenemos algo mejor que hacer que es: hacer lo que nos da la gana; sintiéndonos lo guapas que nos da la gana y poniéndonos la ropa que nos da la gana. Siendo todo lo buena profesional que quieras en el campo que quieras.
Con ella nunca se trató de la calidad de mis clases, todo se redujo a: mi ropa, mi maquillaje, mi peso, mi juventud. Incluyo aquí a mis amigas que estuvimos allí de los 21 a los 23 años.
Envidia. Porque no hay sentimiento más grande de fealdad que el que siente alguien que se piensa que le robaron la oportunidad de ser bella.
<<Más guapas, más jóvenes, mejor vestidas o quizás simplemente, más felices>> me recuerda una de mis amigas.
Sea cual sea el motivo por el que sean un terror con patas no es tu culpa ni te mereces que te traten mal. Ponte en tu sitio si te quieres quedar en la empresa y si no coges tus cosas y te vas.
Ciao, me voy.
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Love,
Nu