Prejuicio
.
Opinión preconcebida, generalmente negativa, hacia algo o alguien.
De estos tenía yo algunos, y muchos de ellos, inconscientes.
Mi prejuicio era que el lujo y las cosas caras, eran cosa de ricos.
No hay pensamiento más de pobre que ese. Masajes, spas, buenos restaurantes, bonitas experiencias y armarios impecables reservados para unos pocos.
Nace Cléa, empiezo a coger encargos puntuales y al tiempo sale mi primera colección de camisas.
A los meses de su presentación, una mujer quería encargar un pantalón a medida y una de las camisas, era la
blusa Lea
, que esta mañana estoy terminando de montar. Yo me alegré de que le gustase, pero en mi interior pensaba que la venta no se iba a cerrar porque la suma era muy elevada, cerca de los 600€ por los tejidos que quería. Pero
para mi sorpresa, y mi merecida lección, hizo la compra.
Tenía la equivocada idea de que mis clientas tenían que ser las mujeres con pasta. ¿Quién tiene si no 200€ para una camisa sin entender que vale eso porque es humanamente sostenible? ¿Sin tener que educarlas en eso? Nada más lejos de la realidad, pero yo, ignorantemente
decidí quien podía permitirse mi ropa y quien no, por mis propias creencias de escasez aprendidas en mi infancia.
Como si inconscientemente pensase que aquella mujer no pudiera pegarse el lujo, darse el capricho, simplemente comprarse la blusa que le gustaba, con el pantalón que le gustaba.
Ahora ya no decido por nadie
, que decidan ellas qué modelo les gusta más y en qué color.
Mi tarea es hacer feliz a la gente
, no pensar en lo llenas o vacías que están sus cuentas bancarias.
Not my job.
Digo mi merecida lección porque me sirvió para crecer y para darme cuenta de que la gente compra porque se emociona, no porque le sobre el dinero concretamente. Muchas veces trata más de que quieren algo de tu proyecto porque conectan contigo y quieren un trozo de ti, o simplemente apoyar tu emprendimiento, validar tu deseo de vivir de tu talento y de aquello que te hace feliz, como si comprarte fuera también una manera de validarse a sí mismas y a sus sueños.
We are all one
y estamos pasando todas por lo mismo.
Los prejuicios tienen también mucho que ver con el merecimiento
(otra idea que surge bajo la ducha), con lo que creemos que nos merecemos, con lo que creemos que se merecen los demás y con lo que deseamos para sus vidas. Y ya no sé si atreverme a decir que los prejuicios nacen de la envidia.
<<Es que sus padres son ricos>> es la cara silenciosa de <<No tiene talento, tiene dinero>>
<<Tenemos vestidos de manga larga>> es la cara silenciosa de <<Tus brazos gordos deben ser escondidos>>
<<A ver si engordas>> es la cara silenciosa de <<Las tías delgadas me molestáis>>
Y analizando mi prejuicio del comienzo, su cara silenciosa era <<No todo el mundo se puede permitir gastar esta cantidad de dinero>>
Y rizando el rizo me pongo a pensar, ¿significa esto que Zara decide lo que puede permitirse la gente? ¿Decide Zara que lo que abunda es la clase media y que la gente no es capaz de mejorar sus vidas? ¿Decide Zara quienes somos? Quien dice Zara, dice el
fast-fashion system
.
Porque yo decido que sé que te mereces más. Y así me va, que aun no os he terminado de convencer, y sigo sin poder comprarme la casa con vistas al mar.
Y duele, no a la cartera mal pensadas, duele al corazón, porque a veces pienso, no voy a ser capaz de hacerlo ver. Y por eso escribo, para plantar semillas y para sanarme yo.
Yo pienso en elevar, en vez de enseñar a conformarse. Y ahí encuentro otro prejuicio <<La gente no va a cambiar porque no les gusta pensar>> cuando debería cambiar mi creencia a <<La gente está despertando>>
Prejuicios.
¿Quién nos los ha tenido? ¿Quién no los tiene?
¿Quién no se ha tenido que educar para dejarlos a un lado? ¿Quién no quiere educarse para dejarlos ir?
Tenemos que romper el hábito deseando bien a los demás, bendiciones y alegrías que hay para todos. Y dejar de asumir cosas sólo por lo que muestra una persona.
Si os queréis desprender de vuestros juicios os recomiendo leer
La desintoxicación de los juicios
de Gabrielle Bernstein. A mi me encantó.
Más en:
Love,
Nu.