Porque mi abuela decía que las que enseñaban las tetas eran unas lagartas.
Porque me daba vergüenza que mis tetas no fueran lo suficientemente bonitas para los demás.
Porque no quería dejar de ser atractiva para los hombres.
¿Acojonante que no? Pero así me funcionaba la cabeza.
Como si sólo las tetas “bonitas” pudieran ser enseñadas y siempre buscando gustar.
<<No tiene el tipo para ir por ahí enseñando>> dirían muchas en voz alta, ya que la ignorancia es valiente <<¿Y por qué no?>> No vaya a ser que la gente se ame sin cumplir requisitos.
No por los mirones.
Los mirones es algo que sabes que al menos uno o dos te vas a cruzar en la playa, pero la gran mayoría de hombres que me he cruzado son súper respetuosos, no sé si por el tipo de playas que elijo: pequeñas, aisladas, de difícil acceso y con poquita gente o porque al menos, en esta parte del mundo, estamos caminando hacia una realidad mejor, donde una teta no es un escándalo, sólo una teta.
En playas más concurridas, he recibido alguna que otra mirada sexualizada, sorprendentemente de hombres bajo la atenta mirada de sus hijos, que no dudan en repetir el gesto aturdido de sus padres al ver dos pechos que 7 años atrás le amamantaban (no los míos, los de su madre) Ya sabéis, los niños no hacen lo que les dices, repiten lo que te ven hacer.
El verano pasado estaba en la playa con mi prima Leire. 5 añitos. Ibamos a pasar la tarde en la playa juntas de relax. Relax que duró cuatro minutos <<Ya estoy relajada ¿jugamos?>> Al llegar a la playa, veo que debajo del vestido le habían puesto el top de bikini más grande que os podáis imaginar. A una niña de 5 años poniéndole ropa de chica mayor.
¿Quieres quedarte con el top puesto?
Duda.
Yo me lo voy a quitar. Tú haz lo que más te apetezca.
Sí ¿Me lo quitas?
Claro.
Es que hace calor.
No le habría quitado el top sin más, sin preguntar, que no estamos aquí para traumatizar, estamos aquí para hacer las vidas de los niños más fáciles y menos confusas que las nuestras.
Las mayores nos tapamos, las niñas se tapan. Empiezan a entender que deben “esconderse” y los niños que las niñas se deben tapar y ellos no. Y no hablemos de tops de bikini con relleno para niñas.
Los niños no entienden lo que les decimos, no hacen lo que les decimos, hacen lo que ven y aprenden del ejemplo. Entonces si tú consideras tus pechos algo natural, normal, no sexual y actúas en coherencia, no tienes que darle ningún discurso a los enanos, porque se lo estás demostrándo con tu ejemplo: Amando a tu cuerpo, respetando tu cuerpo, ignorando las pocas situaciones en las que alguien te puede hacer sentir incómoda en tu desnudez al pasear en la playa para seguir haciéndolo anyway.
Mis pezones me daban vergüenza hasta vi que a Kate Moss le daba lo mismo sacar a pasear los suyos, poníendose tops sin sujetador marcándolos.
Hoy en día me encanta estar en topless. ¿Por qué debería ocultar mi cuerpo?
¿Quién decide por mi? ¿El qué dirán? ¿mi pareja? ¿yo? ¿o el poco control de ciertas personas sobre sus impulsos sexuales?
Hacer topless tampoco debería ser un statement.
Sácatelas y deja de explicar. Que cada uno se eduque en su casa. A mi el último aprendizaje que me queda por hacer es no taparme cuando lleguen las parejas de mis amigas. Que no sé a quien le daría más corte: a ellos, a ellas o a mí.
¿Quieres leer más del tema? Puedes leer mi carta «Sí, son mis pezones» aquí.
Love,
Nu