¿Persigues lo que quieres o permites que llegue?
“Estoy abierta a recibir lo que deseo” no es lo mismo que “Estoy haciendo todo lo que viene en mi libro sobre manifestación para que ocurra dentro de 5 minutos porque no me puedo aguantar sin eso”.
Uno deja la puerta abierta para cuando su deseo quiera llegar y sea su mejor momento de florecimiento, el otro estrangula al deseo con ese exceso de atención que roza el acoso.
Cuando sabemos de verdad que va a pasar algo antes o después, nos invade la paz y la calma, no cuando creemos que pasará, suplicándole a Dios que pase porque aun lo dudamos. Cuando sabemos, lo más gracioso es que llegue o no llegue esa cosa, nos da igual porque nosotras ya estamos en ese estado emocional de que está hecho, de que se cumplió. Pero cuando creemos, sin mucha convicción, que va a pasar, comienza nuestra excesiva acción para hacer que pase, y con ella creamos resistencia, una barrera entre lo que queremos y nosotras. ¿Por qué? Por solo somos capaces de pensar que no lo tenemos. Nuestra excesiva acción grita a los cuatro vientos ‘No está aquí’, por eso tengo que controlarlo para obligar a la situación para que ocurra. Esto nos provoca un desgaste tremendo en nuestro ánimo, y lo convierte todo en un terreno no fértil para la creación.
“Pero si yo estoy todo el día visualizando lo que deseo” dice la que se hizo un vision board en Pinterest ¿Desde qué energía lo visualizas cariño mio? ¿Desde la energía de que lo tienes o de la que no? ¿Cuando lo ves en Pinterest sabes que es una realidad para ti? ¿O solo algo que anhelas pero que no tendrás?¿Visualizarías tantas veces durante el día tu deseo si supieras y estuvieras convencida de que ya se cumplió? I don’t think so. ¿Pensarías todo el rato en él? Creo que no. Estarías en él.
Donde sí puedes estar en este momento, es en el estado emocional que crees que te va a generar esa situación. ¿En cristiano? Pregúntate como te sentirías si eso estuviera cumplido y deja que esa sensación mande en tu cuerpo y en tu día a día.
De hecho, si hubiera una sola cosa de la que tendrías que estar pendiente es de qué emociones estás albergando en tu cuerpo. Antes que hacer nada, ¿cómo está tu energía?
Hacer, hacer, hacer ¡qué coñazo macho!
Si únicamente hacer nos fuera a conseguir aquello que queremos, ya lo tendríamos todo. Porque la verdad es que todos nos partimos el culo por aquello que nos atrae. Pero la diferencia la marca tu estado emocional. Todo aquello que hagas desde tus emociones será más fácil. Porque hacer desde un estado emocional negativo es sufrir por sufrir, porque eso no te va a llevar a ningún lado. Y después de sufrir mucho buscamos esa justicia divina en la que creemos que nos van a premiar por haberlo pasado mal trabajando mucho. Y eso no va a pasar nunca. Porque si hay algo que te vaya a premiar y que te de aquello que deseas es un estado emocional alto en el que sientes alegría, tranquilidad, calma y amor. Entonces, puestos a elegir algún tipo de sufrimiento, yo elegiría el sufrimiento que te va a generar querer albergar todas esas emociones positivas, cuando crees que esas emociones no tienen nada que ver contigo, cuando crees que esas emociones son simplemente una consecuencia de aquello que deseas y no la causa que te lo va a traer delante de tus ojos. ¿Acostumbrada a sufrir? No pasa nada, pero elige ahora que tu sufrimiento te lleve a algún lado, elige sufrir para convencerte de que todas emociones van a ser naturales para ti. Joder me ha quedado eso. Pero imagínate que haces cosas desde la emoción del deseo cumplido, ahí es cuando la gente te ve y piensa que te cae todo el cielo, pero de donde te cae es de tu elección de elegir mejores pensamientos y emociones.
Tenemos que ser el match energético de lo que queremos. Así que dime tú a mí si te sentirías ansiosa si ya lo tuvieras. Conéctate a esa sensación y deja al deseo en paz de una vez, deja de convertirlo en el centro de tu vida y míralo como algo que te divertiría mucho que ocurriera. Piensa más en la alegría que viene con él que en la pena que se generaría en ti por su ausencia. Si consideras que tu deseo traerá alegría ¿qué haces llorando porque no se manifesto? Lo estás cancelando. Te lo estás negando. Tú, no la vida, tú.
No puedes caer en el “Pobrecita de mí”. No te tengas pena. Espabila y práctica más el pensamiento de que las cosas te salen bien. No seas tozuda ni esa persona que por no creer en nada, no cree ni en sí misma. ¿Truqui para cuando estás triste? Te dices “Aunque esté triste hoy, sé que aquello que deseo llega fácil a mí” Así no te fuerzas, ni lo fuerzas. No te exiges hacer todo bien para poder manifestar algo, simplemente te sientes suficiente en el momento en el que estás para recibir aquello que deseas.
Caemos en “lo quiero ya” para que el sufrimiento y la espera termine, para que desaparezca ese vacío que creemos que existe. Suelta, respira. Dos inspiraciones seguidas, una expiración larga. Permítete relajarte.
¿Cómo identificaremos la resistencia a nuestro deseo? Atendiendo a nuestras emociones. Si nos sentimos mal, estamos dudando, estamos en la incomodidad que genera la ausencia de lo que queremos, estamos practicando que no llegue, porque no podemos parar de pensar que no lo tenemos, estamos asumiendo que no va a poder ser antes de tiempo, sin siquiera dar espacio al deseo de crecer.
Y si recibimos lo que pensamos, cualquier pensamiento que mantengas activo, es aquello para lo que estás entrenando.
¿Lo mejor? Vete a hacer otra cosa. Algo que no tenga nada que ver pero que disfrutes. Déjate de manifestar por cojones para manifestar porque es lo más natural del mundo, sin exceso de atención. Pide y deja ir. Y claro, yo aquí no voy a resumir mil libros de Neville Goddard, Abraham Hicks y Joe Dispenza. Pero yo les metería mano. Y sacáis vuestros propias conclusiones de lo que pongáis en práctica. Y si no, siempre podéis seguir pensando que vuestros pensamientos no crean vuestra realidad y creyendo que todo lo malo que os pasa es casualidad.
Eye roll.
Yo solo vengo a recordarte que dejes de morder, que sueltes, que lo pidas y te olvides de eso para dejar que llegue. Mientras disfruta. Busca cosas que te generen placer de lo que ya tienes a mano.Todos queremos lo mismo, más o mejor de lo que ya tenemos. Y ningún curso ni hipnosis en los que no creas cambiará tu vida. Yo no creo en la ley de la manifestación por creer, la he puesto a prueba, he puesto de mi parte y le he dado el suficiente tiempo, como para ver los resultados, como para saber que es real. Me la trae muy floja que los demás no crean en ella. A mí no me afecta.
Cambia tu energía para recibir en vez de perseguir lo que deseas.
Que tengáis buena semana,
Love,
Nu