No puedes sentir envidia si estás haciendo lo necesario para conseguir lo que quieres.
Haciendo, o hiciste o intentaste hacer.
Envidia: Mirar con desagrado algo que alguien tiene y tú no tienes.
La envidia la puede sentir el que se queda quieto a observar las vidas de los demás, a analizar, a pensar en lo que le falta, a pensar en lo que le falta que otro tiene, pero si tú estás a lo tuyo y sabes que le estás metiendo cariño, sin pausa, no hay envidia. Hay admiración, hay inspiración, hay motivación para seguir adelante.
La envidia te come por dentro cuando quieres tener lo que otro tiene porque crees que así te sentirás amada y feliz. Mientras no sea así tu vida, si caes ahí, será un desastre bastante incómodo de vivir.
Puedes entretener solo una idea a la vez. Tú decides. Puedes enamorarte de la idea de que las cosas funcionan para ti o de la idea de que las cosas solo funcionan para los demás. Puedes ser una niña caprichosa de pataleta o una niña que se emociona con lo que está haciendo. Y llegará la que diga “Pues yo dejaré de sentir envidia cuando tenga lo mismo que tiene aquella” y a mí lo único que me apetece decirle es “mimimi mimimi mimimi”
Las cosas no funcionan en esa dirección. Tú no te quejas y la vida te da, agradeces y la vida te da.Aunque no estés viendo nada en este momento. Pero aparecerá. Trust me.
Pero si estás más pendiente de lo que hacen los demás que de hacer aquello que te acerque a lo que tú quieres, inevitablemente no va a ocurrir para ti. Porque estás entretenida en tu queja, en la comparación y perdiendo el tiempo en querer hacer tu vida a la imagen y semejanza de la de los demás. Y no vemos todo de la vida de los demás. De mi nadie sabe que mi padre lleva ignorándome 4 años y no se nada de él, y cuando te digo nada, es nada. Las fotos de ropa bonita en el ascensor con los morros pintados que me hago no te cuentan esa parte de mí. Y lo cuento para que regreséis a tierra y dejéis de idealizar la vida de los demás pudiendo caer en la envidia. Haz la tuya bonita para ti y los tuyos. Punto.
Todos mostramos lo que queremos mostrar y no todo el mundo muestra sus sombras. Y no puedes exigirte el mismo ritmo de otras personas con otros recursos distintos a los tuyos en este mismo tiempo, los recursos te llegarán pero nunca mientras estés entretenida rajando de lo que otros tienen y tú no. La comparación es cruel. Y depende de con quien te compares vas a estar o arriba o abajo. El tema es que te midas contigo, con nadie más. Aquello que veas en la vida de los demás tómalo como inspiración, no como algo que te bloquea y limita. No caigas en pensar que no hay para todos. Porque hay.
Cuando tu envidia empieza a invadir el bienestar de la persona que te molesta ver feliz, teniendo lo que tu no tienes, háztelo mirar, y pregúntate porque te niegas a pensar que la vida también te sonríe en infinitas ocasiones que no quieres ver por tozuda. Y ya no solo es que tu mala energía invada e incomode a los demás, es que tiene que ser insoportable la compañía que te haces a ti misma, estar escuchando todo el día esos pensamientos de que todo el mundo menos tú disfruta de lo que quiere. Tiene que ser un suplicio.
El camino corto, y puede que difícil, es saber que no puedes sentir envidia si estás agradeciendo. Ya lo he dicho más veces, que la envidia bien usada es una motivación, una inspiración, mal llevada es una enfermedad para tu mente.
Una cosa es la envidia que despierta un deseo en ti y le deseas bien a esa persona que tiene eso que quieres para ti, otra es esa envidia que te afea y que te convierte en una piedra en el zapato de quien se cruce contigo. Te informo ya de que las piedras del zapato, se sacan y continuamos hacia delante. Tu envidia no para el camino de nadie, te estanca a ti.
Si dejas que la envidia contamine tu vida, te has sentenciado a ti misma y has asumido que tú eso que anhelas ya no lo vas a tener. Te falla aquí la atención de pensamiento. Sería más fácil que dijeras “Yo también puedo. Gracias por mostrarme lo que deseo” Pero como entretenemos la idea de que somos tontas, de que no sabemos cooperar con nosotras mismas, haciendo lo necesario que nos acerca a aquello que deseamos, pues así nos va. Bueno, les va así a las que van en automático, que no se replantean nada de sus vidas, que piensan que sus vidas les han tocado una tómbola y que a las demás les tocó el mejor premio, a las que no pueden hacer nada al respecto para cambiarlas según ellas. Quizás sus vidas no les disgusten tanto como para dejar de lado la comodidad de ser quienes son ahora, para ser quien de verdad quieren ser. Quizás solo les guste quejarse. Eso también es otra opción.
Sea la razón que sea, a mi me da lo mismo ya que yo no ando perdiendo el tiempo ya pensando en lo que los demás tienen pero yo no. Yo entretengo otras ideas: la de que estoy creciendo, la de que me siento en calma y segura, la de que me va bien y a los demás también.
Love,
Nu.
Que tengáis buena semana.