Me muero CONTIGO pero no SIN TI.
Yo antes me entregaba entera: mi disponibilidad, mi felicidad, mi paz mental, mi cuerpo. Si me enamoraba de alguien, girábamos a su alrededor, mi tiempo y yo. Disfrutaba de su compañía y sufría su ausencia inventando escenarios imaginarios en mi cabeza, de porqué acabaría desinteresándose o deshaciéndose de mí. Escenarios que nunca les contaba, ni hablaba con ellos pero que me torturaban hasta que el hombre en cuestión timbraba en mi puerta diciendo “Quería darte una sorpresa”. En ese momento pensaba “Nuria, de verdad, ves lo que no hay y sufres sin motivo”
Recibo correos, después de algunas cartas, en los que me contáis que estáis viviendo una ruptura no muy agradable, que os da miedo el futuro y la incertidumbre y que no os quieran igual nunca, me contáis que tenéis miedo al rechazo y al no ser nunca suficiente para alguien. Empatizo con esos mensajes tanto porque he estado ahí más tiempo del necesario siempre, por quererlo hacerlo todo solo contigo y nunca sin ti.
Conoces a alguien de la nada y te puedes de repente enamorar sin haberlo planeado y pensar “Yo es que me quiero morir con esta persona de vieja, qué cosa más linda de hombre” y empezar a amarle así, desde esa energía que parece que vais a estar siempre, desde el contigo lo que sea. Sin embargo, nunca caigas en pensar que no puedes sin él. Que sí que podemos, sí. Nada de amor incondicional, el amor que damos no se reclama, lo das porque quieres. Pero si no me respetas, ni me cuidas y eres un impresentable, aunque tu versión impresentable te la acabes de sacar de la manga, muy a mi pesar, hasta luego. Nada de amores que lo toleran todo por no saber hacer la parte de sin ti.
Es muy bonito el contigo y súper sano. Y dormir juntos, los abrazos, los besos, el ponerte la ropa que huele a esa persona y el resto de cosas más húmedas, pero dude, you gotta know you are not the only one in the world y que como yo hay poquitas. Si dejas de ser la persona buena de la que me enamoré, I’m out the door. Nada de poner a nuestra pareja en una posición cómoda porque piensa que no sabríamos hacer nada sin ella. No reina no.
Hay que querer para siempre, enamorarse completamente, pero sabiendo que tú vida no depende de él. Que siempre vendrá otro y mejor, si éste desaparece. De verdad. Y puedo llorar por ti, claro que sí, echarte de menos, pero nunca faltarme a mí misma. Ser independiente de tu pareja para saber que si estás con ella es desde la libertad y no desde la necesidad de estar con él, con alguien, de rellenar un hueco. Y lo mismo al revés. Gente que está junta porqué se les iluminan las caras de pensar en el otro, no porque se completan en aquello que les falta. Error.
Esperamos que los demás nos amen como nosotros no sabemos amarnos, y después nos volvemos unas adictas a sus dosis de cariño, es aquí cuando caemos en “No puedo hacer nada sin ti” y estamos vendidas, por no decir jodidas.
Tenemos que prestar más atención a nuestro mundo interior en vez de esperar que toda la felicidad llegue del mundo externo perdiéndonos a nosotras en el intento. Podemos crear aquellas emociones y situaciones que deseamos sin tener que esperar, de brazos cruzados, a que alguien las haga por nosotras. Y lo harán por nosotras, claro que sí, pero entiéndeme.
Love,
Nu