Manifestar no requiere esfuerzo; requiere conciencia.
¿Manifestar? Todo el mundo lo hace. Crean en ello o no, aunque justifiquen los motivos de por qué les pasa lo que les pasa basándose únicamente en sus acciones y la mala o buena suerte. Creen que la manifestación es una cosa de la que habla gente loca y espiritual, cuando es neurociencia. Sin embargo, cuando empecé a leer sobre ella, me parecía y la catalogaba como magia, una magia que me venía muy bien para cambiar mi vida. Después pasan los años y pierde ese color místico para convertirse en una serie de herramientas a aplicar para crear mejor lo que quieres.
¿Creo en la manifestación? 100 %
¿Creo que es tan fácil como frotar una lámpara y pedir deseos infinitos? No. Hay que leer mucho (a pocos), de distintas fuentes y APLICAR (que luego somos una panda de lazy motherfuckers que no quieren cambiar).
¿Creo que hay gente absolutamente loca con el tema? También. Ejemplo:
—¡Ay, manifesté el verle!
—Hombre, marichocho, si te has ido a su bar favorito y no te has movido de ahí en dos días a ver si aparecía por la puerta, eso no es manifesting, es acoso. Todas tenemos esa amiga, y si no la tienes, eres tú.
¿Cómo describiría manifestar de manera muy simple? Pensar algo y que suceda (dejar que suceda).
Supongo que creer que no podemos atraer cosas con nuestra intención resulta en hacer, hacer y hacer. Crea monstruos que piensan que todo depende únicamente de acciones y que lo que obtienen poco tiene que ver con su estado emocional positivo o negativo. ¿Resultado? Acabar quemado, porque todo depende de lo que haces físicamente. Ya he estado ahí, y lo estoy de vez en cuando. Y cuando reviento, me doy cuenta de que no estoy en la energía de lo que deseo, sino llevándole la contraria y negando su existencia, y haciendo infinitas cosas porque estoy cagada de miedo. Me doy cuenta de que no he estado meditando, ni marcando una intención para mi día, e inclinándome más en la acción que en cuidar de mi estado emocional, que es la base de cualquier cosa que me sale sola. Imagínate juntar la acción con el estado emocional adecuado: no es lo mismo estar cosiendo porque crees que tienes que encontrar nuevos clientes porque te falta dinero, que estar cosiendo porque te encanta, sabiendo que los clientes te llegan solos y se van contentos.
Manifestar no debería requerir esfuerzo, nada más que un cambio progresivo en tus hábitos de pensamiento. Todo lo demás es manic manifesting: meditaciones excesivas, podcasts sobre manifestación en bucle, queriendo ingerir más información sobre cómo atraer para conseguir lo que deseamos antes. PA RA. Estás consiguiendo lo contrario. Vas a frustrarte porque no ocurre nada en el ritmo que “necesitas” y eso va a joder tu ánimo. Y tu ánimo va a traerte su equivalente, no su mejora, su equivalente.
Lo que mola es darse cuenta de que has atraído algo con pensarlo y una actitud mental positiva. Algo que solo tú sabías, que ni dijiste en voz alta. Algo que quizás solo escribiste en un papel y lo dejaste ir con seguridad de que estaba hecho. Eso da un gusto que no te puedo explicar; tendrás que vivirlo.
Crear de manera inspirada no cansa. No es agotador. A la manifestación física de eso que anda en tu mente se le espera en calma y sin necesidad. Te puedes permitir esperar sin ansiedad porque sabes que ya está hecho. Vamos, no te va la vida en ello ni estás rabiando ni de morros. Eso está solucionado y no por tus acciones, sino por tu falta de resistencia a que las cosas te salgan como caídas del cielo, porque pones más atención a la energía y emoción que estás entreteniendo que a hacer cosas sin intención y a lo loco. ¿Quieres que aparezca en tu vida de manera natural? ¿O quieres esforzarte y forzar hasta que te mueras? Pero bueno, imagínate que con un manifestar forzado obtienes algo de lo que querías. ¿Qué precio has pagado? Ya te digo yo que estarás con la energía en el dedo gordo del pie.
Lo siento, pero para mí manifestar no es acosar a lo que deseas ni a quien deseas. Manifestar tiene que ver mucho con dejar ir y con que te la pele si aparece o no, pero sabiendo que eres merecedora de eso y que puedes ser feliz sin eso. Pero equivocadamente queremos manifestar para moldear la realidad a nuestro gusto, para doblegarla bajo la falsa creencia de que cuando tengamos esa cosa o esa persona seremos más felices. ¿Por qué no disfrutamos de estar creando algo? ¿Del proceso de visualizarlo? ¿Por qué no saboreamos más su desarrollo? Hay que encontrar satisfacción ahí también. No va a ser todo ver aparecer lo que queremos delante de nuestros ojos instantáneamente. Qué miedo, coño.
And don’t get me wrong, manifestamos todo el rato, de manera inconsciente o consciente, pero aprendamos a no ver un regalo del universo donde lo que hay es obsesión, ni espiritualidad en personas que se fueron a Bali porque se perdieron en Albacete y ahora te quieren vender el sentido de tu vida. No tienes que pagar cursos de nadie para aprender sobre esta ley, ciencia o como carallo le quieras llamar (otra cosa es que quieras que te ayuden a aplicarla). Pero estos conocimientos no tienen profeta; son gratuitos y todo está en YouTube y en libros.
El problema es andar loquita con necesitar cosas para ser feliz, con andar adicta a lo físico. No hay mayor bloqueador que condicionar tu estado emocional a lo que ven tus ojos. Olvídate de lo que ves, lo que ves son manifestaciones pasadas. ¿Cuál es tu energía hoy y cómo podrías mejorarla? Es que quizás lo más productivo que puedes hacer es echarte una siesta en vez de seguir haciendo cosas encabronada. Tu energía primero. Ahora, tampoco esperes a tener la energía perfecta para moverte. Nada de “como estoy de bajón, mando todo a la mierda”. Eso no. Lo que te toque hacer, hazlo independientemente de tu ánimo. No vaya a ser que por dejar de hacer, lo mandes todo a la basura. Sentidiño. No interpretes esto a tu gusto; quédate con lo que es. Sé madura.
Visualizarlo es importante. Antes de dormir, me atrevería a decir que mucho más. Vas a entrenarte en hacer familiar aquello que quieres que quizás diste mucho de cómo creciste, de los límites que tu familia se impuso. El cuerpo ama lo conocido aunque sea malo, y le tienes que enseñar lo nuevo familiar; le tienes que mostrar la nueva zona de confort (ese Pinterest board tan bello que incluye lo que deseas). La nueva zona de confort es ir holgada de dinero para disfrutar, compartir con amigos, con tu pareja. Tu nueva zona de confort es un hogar sin gritos donde la gente se trata con amor. Tu nueva zona de confort es el trabajo que siempre quisiste. ¿Sí? Y puede parecer loco, pero no siempre aceptamos las cosas buenas, porque no crecimos acostumbradas a ellas.
Venga, va:
¿Qué quieres y por qué lo quieres? ¿Qué harías con ese dinero? ¿Cómo lo disfrutarías? ¿Qué harías con ese hombre? ¿Cómo te trataría? Otra cosa: ¿te has sentado a pensar qué quieres? ¿Lo has pedido? Que aquí nos quejamos y ni norte tenemos ni pedimos ná. Siéntate y escríbelo, hazme caso.
El universo no está siendo ni amable ni desagradable contigo, está respondiendo a tu energía. Me llevó muchos años entenderlo. No está repartiendo ni regalos ni castigos; otra cosa es que lo sientas tú así porque es más fácil creer que eres una víctima que aprender a cambiar tu energía. Lo único que el universo está haciendo es igualar tu energía con precisión. ¿Está tu energía dando tumbos? Para, siéntate, cierra los ojos y respira. Tienes que ser el equivalente de tu deseo. ¿No le pillas el truco? Finge que ya todo está bien y no te atasques entreteniendo conversaciones sobre la realidad que ves y el dinero que te falta. Deja de activar cosas con tu conversación.
A mí me ha traído hasta aquí el no tener prejuicios. Yo con 22 años me crucé con el libro “El secreto” y, aunque ahora tenga otra percepción del libro y su escritora, en su día lo que decía ese libro tenía más peso que lo que me contaba mi familia. A mí ese libro me decía “Lo vas a conseguir” y mi familia que “nunca iba a ser diseñadora ni a vivir de esto, que era mejor que siguiera con mi trabajo de maestra”.
Ok, bitch, I’m sticking with what the book says.
El libro decía que si algo lo veías en tu mente lo tendrías en tu mano, y eso fue suficiente para mí. Me la traía muy floja lo loca que pensara la gente que estaba. Ahora veo que el libro estaba enfocado demasiado en lo material, pero fue la llave que me llevó a otros libros. ¿Lo primero que manifesté así, más grande? La casa en la que llevo viviendo once años, que me cayó del cielo después de haber pasado meses hablando de mi casa imaginaria en Madrid. Y Cléa nunca habría ocurrido sin este hogar piso para darle espacio. Llámame loca si quieres, una loca con unas vistas preciosas.
Te recomiendo que empieces por algo general y que poco a poco añadas los específicos a tu deseo. Si te pones muy específica, sin práctica, te vas a bloquear.
Manifestar es como bajar deseos del aire estando alegres sin más y sin atraparnos en expectativas asfixiantes, sin pensar que esas cosas son indispensables para nuestra felicidad.
Lo más efectivo que puedes hacer por ti es aprender a elegir tus emociones para albergar mejores pensamientos. Ya que aquello que piensas repetitivamente se convierte en tus creencias, y tus creencias determinan aquello que vas a atraer y manifestar. Entonces, si no paras de pensar que la vida es una mierda, ¿va a mejorar?
Claro que no.
Lo que manifestamos tiene que ver con el mínimo que toleremos y con lo que creemos que nos merecemos. Muchas veces, lo que nos bloquea es pensar que no nos lo merecemos sin más, pensamos que tenemos que pagar con nuestro sufrimiento antes de recibirlo. Eso se lo dejas a tu abuela. Tú lo puedes recibir porque sí, por tu coño moreno. Porque te das permiso.
EN RESUMEN:
Te crees tu conversación negativa. Para. Entrénate para no entrar en ella. Y cuando no lo consigas y vuelva, déjala estar; no la pelees.
Te piensas que esa conversación interna es cierta. Es igual de falsa que tu ex. Cámbiala.
Toma responsabilidad: sé capaz de decir “Yo he creado esto / No he creado esto todavía”.
Cuanto más sueltas, más recibes. ¿Te vale de algo obsesionarte con que no lo tienes? No sirve para nada más que para seguir bloqueándolo.
¿Qué te bloquea? La impaciencia y no confiar en que el deseo ya está concedido (aunque sea energéticamente).
Tienes que convertirte en el match energético de tu deseo. ¿Cómo te sentirías si ya lo tuvieras? Let that feeling stay in your body. Conviértete en eso energéticamente. ¿En tu deseo tendrías miedo y ansiedad? ¿O te sentirías libre?
Por favor, inclínate a la felicidad y elígela una y otra vez.
Lo que no cambias, lo estás eligiendo.
¿Cada cuánto te sientas a revisar esa lista de deseos tuya? ¿Y cada cuánto supervisas que estás haciendo cosas a su favor y no en contra? Que el día a día nos puede arrastrar; hay que estar atentos.
Si tengo que escribir una frase más, me abro un podcast. Y de momento, no tengo tiempo.
Love,
Nu.