Esta gente que chantajea para conseguir lo que quiere, cuando lo consigue ¿se alegra de manera honesta? ¿O son conscientes de que acaban de obtener algo a base de hacer sentir mal a alguien? ¿Se dan cuenta de que ha sido una cosa forzada más que una cosa espontánea? ¿Una victoria más que una bendición? ¿o simplemente se ponen a buscar felizmente lo siguiente que van a arrancar de la ausencia de límites del otro?
Esta gente que culpa de su falta de felicidad a tu manera de actuar. Sea una amiga que se cree tu novia, o un novio que se cree tu padre, o una madre que parece tu hija. “Lo que haces no me sienta bien, cambia, hazme feliz, haz lo que yo te pido. Y cuando lo hagas, sonreiré. Y te regalaré 30 minutos de paz”
Hasta que vuelvan a sentir un vacío que aparentemente es culpa tuya o de alguien más. Nunca de ellos mismos. Vaya. Qué casualidad.
No puedes acostumbrar a alguien a obtener lo que quiere cada vez que se te pone de morros. Qué pesadilla en la que puedes enterrarte si comienzas a ceder lo que no debe ser cedido. No dejes a nadie conseguir nada de ti a través de un enfado. “Lo siento, no reacciono a cabreos injustificados porque quieres hacerme sentir pequeña para conseguir que yo haga lo que te sale a ti de las pelotas. I’m better than that”
-No piensas en mí.
-No me tienes en cuenta.
-No haces nada por mí.
Son chantajes si tú sabes que estás ahí, que eso de lo que se queja es men-ti-ra.
Así no se puede vivir, en una ilusión de que consigues todo lo que quieres en todo momento ni en la ilusión de que alguien te quiere bien aunque para ello tengas que dejarte pisar, crearte ansiedad, y perturbar lo que piensas de ti misma mientras saltas a la pata coja.
Porque si te va el chantaje, aunque no lo reconozcas, ¿sabes que lo que obtienes es fruto del miedo de alguien? Que no es verdad, que lo has tenido que exigir, extirpar, obligar casi para sentir que tú vida es maravillosa y que controlas lo que obtienes de ella. Patético, el acto. And you can do better.
Los que chantajean le rezan a tu culpabilidad. Y ese Dios siempre les contesta con tu permiso. Por un lado te castigan y por otro te aceptan, te quieren mientras le hagas felices y te odian cuando no haces lo que mandan y te lo hacen saber. Salta perrito.
Habrá gente que no quiera decirlo tan bonito y simplemente les llame por su nombre: Unos verdaderos hijos de puta.
La gente así en tu vida es como una losa en el pecho. No te dejan respirar ni pensar con esa ansiedad que sienten ellos de no saber controlar sus necesidades y emociones. ¿Podemos entender sus causas? Si, pero me lo comen sus razones. Déjame vivir.
Que te dejen vivir.
Y si eres una chantajista, I just pray karma will come and bite you in the ass. Y no me cabe duda.
Love,
Nu.