I’ll be the judge of that.
La frase más sexy que me dijeron en la vida.
Estaba yo con un gentleman inglés una hora y media después de conocerle, de tapas por La Latina, entre mordisco y mordisco de tortilla, le digo:
-Me pisaron ayer un dedo del pie con un tacón y me molesta - Me mira las converse - Tranquilo, no me falta ninguna parte del cuerpo.
-I’ll be the judge of that- mientras subía la mirada a mi cara de nuevo.
Mi cerebro:
También se la puse fácil. Aun así, le recé a la virgen para no ponerme roja pensando en la imagen de él inspeccionando que todo estaba en su sitio. Por muy caradura que parezca, me dice algo así él que me gusta y mi cuerpo me vende, me pongo roja como un tomate.
Estábamos en el Pez Tortilla, después de encontrarnos en Café Pavón, ese bar al que llevo tanto a amigas como amigos, como a mis dates. Todo lo que me divierte ocurre allí. Imagínate. Un hombre alto, con sonrisa bonita, con acento de Londres, oliendo de maravilla y con la camisa lo suficientemente floja para ser elegante y lo suficientemente apretada para tu saber que te va a levantar con una sola mano.
Las de la mesa de al lado lo miraban, me miraban y telepáticamente nos decíamos: Por mí y por todas mis compañeras. La noche continuó en un concierto y terminó en El Imparcial. Donde me recomendó el libro “Los 5 lenguajes del amor” y me explicó cuáles eran, y cuáles eran los suyos. Uno de ellos, physical touch. No me digas más. Tras una larga conversación sobre relaciones, personas y amor, me preguntó qué cualidad mental mía me gustaba, y cuál física. “Pues mira, iba a decirte mis ojos por ser elegante, pero en realidad mi culo, para que engañarte” Cerramos el bar.
“¿Estás segura de que vuelves bien a casa? Te acompaño a la puerta” Y la verdad, que no puedo pensar en una zona más segura como desde La Latina a Palacio para caminar de noche sola, pero sí, acompáñame, que soy un pajarito indefenso.
Alargando la despedida que ninguno quería en el portal, consideré adecuado un beso. “No me hagas esto aquí, que soy vergonzoso”. No te preocupes, que te lo soluciono. Portal, ascensor, casa. No puedo entrar en más detalles. Ahora sería el momento en el que sacaría el móvil, te enseñaría sus fotos y abriría mucho los ojos porque ni yo misma me lo creo. Pero os podéis imaginar. Un diez desde cualquier ángulo. Quizás el cuerpo más bonito que vi hasta ahora.
-¿Qué llevabas puesto?
-Nada. Normal. Vaqueros, converse y el Juliana.
-Eso no es normal. Eso es sexy querida. Ese top no es normal.
La verdad que quitarlo, con las tiras tan largas para desenrollar es sexy. Pero es que a las citas hay que ir así, low key but make it sexy. ¿Cómo acabó la noche? Con un “You weren’t lying about your ass” saliendo de su boca. Yo me quedé cantando Smooth Operator de Sade. ¿Qué pasó con este hombre? Que regresó a su vida, sus viajes, a echar de menos la comida española, y mandándome alguna foto de las tortillas que hace.
Espero que no lea esto nunca, que yo escribo aquí como si fuera el salón de mi casa. Pero bueno, tampoco cuento nada que no sepamos ya.
P.S: He puesto los Juliana a la venta de nuevo. Ya que no soy la única a la que le han funcionando en una cita. Y ya es temporada para llevarlos.
Love,
Nu