Familiarízate con el ‘no’ y aléjalo de tu valía como persona.
Con esto no quiero decir que te acostumbres a pensar que la respuesta a todo lo que intentas va a ser ‘no’, si no que lo aceptes como una posibilidad, que si se hace manifiesta, no te hace mejor o peor.
Imagínate que tienes una marca. Imagínate que vas a hacer un Open Day por primera vez. Imagínate que Cléa Studio es tuya. Llega el día y empiezas a pensar ¿y vendrán las que han dicho que vendrían? ¿Y venderé camisas? ¿Y si no vendo qué? Tendré que decirle a mis amigos que este día ha sido un fracaso. Si eso ocurre ¿qué pensarán de mí? ¿Qué Cléa no tiene valor? ¿Que yo no valgo como empresaria? Y no es que ese sea el hilo del pensamiento tal cual lo escribo, pero las emociones que te invaden son las mismas que despiertan esas preguntas.
Aún así, con dudas, te peinas, te maquillas, compras flores, te grabas un vídeo montando todo e invitas a la gente a venir. Empezaste a las 11:00, son las 12:30 y nadie. Has tenido hora y media para pensar que quizás no vienen. Así que antes de bloquearte dices ¿que haría si pensase que van a venir y que todo va a ir bien? ¿Coser más tops? Y te sientas a coser. Levantas la vista de la máquina y ves las flores, los caramelos, los nuevos papeles y te invade otra pequeña duda: “Si hoy no viene nadie, me sale el día negativo”
Pero te dices “Basta ya” Se venda o no se venda, está todo bien. No puedes dejar de sentirte bien, o de amarte, a modo de castigo si no sale todo de maravilla. Puto perfeccionismo de mierda. Van a venir a conocer el taller, a probarse las prendas y harán lo que les apetezca, así que disfruta mujer de lo que llevas sembrando años. Que ni en tus mejores sueños te imaginaste vivir de tu marca.
Lo único que puedes hacer ese día es ser amable, aconsejarles honestamente y ya está. El resto ya lo hiciste desde días, meses y años atrás. Desarrollaste el proyecto con cariño, lo hiciste lo mejor que supiste y ahora solo queda confiar. Y si estás empezando, más de lo mismo. Y compasión contigo. Repito: Estás empezando.
Quizás hoy alguien te dice ‘no’ pero no porque no le guste, si no que ahora por el motivo que ella sabe no puede o no quiere invertir en esa prenda y prefiere hacerlo más adelante. ¿Reduce eso la valía de tu proyecto? No. ¿La tuya? Ni de coña.
Son las 13:30. Suena el timbre y llegan dos chicas.
Ambas se prueban ropa. Una compra y otra (hoy) no, pero te cuenta que ya tiene una prenda tuya y recuerdas quién es. Y en ese momento te sientes bien por no haber dejado de hacer lo que tenías que hacer por dudar de ti, por no haberte quedado atrapada en el ‘no’.
Le tenemos miedo al ‘no’ como si el ‘no’ fuera el final de todo. El ‘no’ muchas veces trae consigo cosas buenas. ¿No se vendió? ¿Qué puedo mejorar para la próxima? El ‘no’ te da hambre y el hambre, claridad mental. ¿No se vendió más? ¿Por qué prendas te preguntaron de las que no había stock?
Tampoco vale ser un cobarde de los que dicen “Yo mejor pienso que no va a salir y si sale, ya me alegraré” ¿pero cómo vamos a ir pensando por ahí eso? ¿Como vamos a ir pensando por ahí que lo más probable es el ‘no’? Una cosa es saber que ‘no’ es una posibilidad como todo en la vida y otra muy distinta es pensar que la más probable para ti, es la respuesta negativa. Me cago en la leche Mari. Así no salen las cosas. Los proyectos no crecen de pensamientos así. Y tampoco podemos dejar al ‘no’ paralizarnos la existencia. Siempre hay más noes que síes. ¿O es que todas mis seguidoras tienen una blusa mía?
Pensamos que éxito es que nos digan a todo que sí. A lo que yo os digo ¿habéis visto a esos niños a los que le dicen ‘sí’ a todo? ¿Qué a la mínima que algo no sale como ellos quieren montan una perrencha? Perrencha, berrinche. Hay que saber tratar con la frustración. Aceptar que te pueden decir ‘no’ como en el amor pero sin derrotarte, deseando, imaginando y sintiendo el próximo sí. Y practicar a pensar así. Acostumbrarte a pensar así.
A la vida le tenemos que pedir bien, con una actitud mental favorable hacia lo que deseamos, sin decaer si aquello que queremos tarda un poco más en llegar (aunque nos demos permiso a tener días malos)
¿Pasa algo si me dicen no?
No.
¿Pasa algo si un día no consigo lo que quiero?
Tampoco.
Just keep swimming.
Love,
Nu