¿Estás cabreada con la belleza?
La belleza que los demás vean en ti no depende de tu cara. Incluso la que veas tú misma. Verse guapa y brillar, depende de tu energía. Let me explain why.
Parece que estoy obsesionada con la belleza, pero más que con la belleza, con el hecho de que la gente se sienta bella. Cuando se trata de convencer a alguien para que se sienta bien, para que se guste, para compartirle un poco de como me siento yo ahora, la energía de Tony Braxton cantando He Wasn’t Man Enough se apodera de mi. Una mezcla de indiferencia ante aquello que veo que no te sienta bien y una fuerza escupe fuego que quiere arrasar con cualquier tipo de falsa creencia. Si no, que os lo cuenten mis amigas (A veces me gustaría que estas cartas fueran un brunch , que fueran una conversación cara a cara, disfrutando de una comida rica en un espacio precioso)
Yo trato con mujeres todos los días: mil cuerpos distintos, mil alturas distintas, mil formas de pechos, mil formas de cadera, infinitas posibilidades. Y nunca la belleza que alguien me hace admirar depende de su físico. Aunque siempre reducimos la belleza a lo obvio de la apariencia. Pero lo de radiar belleza depende de tu mindset, no de tu culo. La belleza es algo inherente a nosotras, algo que llevamos puesto, otra cosa es que la sepamos apreciar porque estamos muy ocupadas llorando porque no somos Gisele Bündchen.
Hay gente que se cabrea con la belleza e interiormente dicen <<Esto no es para mí, la belleza no me representa>>, se rinden y la abandonan. Y no solo la abandonan en el espejo, la abandonan en sus adentros. Como que si no te gustase tu reflejo, fuese suficiente para despreciarte en todas las demás areas de tu vida. Pero la belleza no se trata de algo que cojas y dejes a tu antojo, es algo que simplemente eres. Y lo que te jode, lo que te hace estar mal, es que no te da la puta gana de aprender a ver que está ahí. Siempre. Estás incómoda porque estás fingiendo ser quien no eres, estás eligiendo ser alguien que no se gusta porque no tiene motivos para hacerlo, supuestamente. Por demasiado alta, demasiado baja, demasiado gorda, demasiado flaca. En vez de decir <<Olé mi _ _ _ _>> , en vez de gozarte la existencia y tu cuerpo.
No es lo mismo decir <<Quiero un vestido que me marque bien el culo porque amo mi culo>> que <<Quiero un vestido que me tape los hombros que los tengo muy feos>> Y todas tenemos derecho a tener cosas que nos gustan más o menos, pero no me hables de esas, háblame de lo que te gusta de ti. La gente que se habla bonito es la que veo más bella, se lo ganan todo con su energía. Y lo más común, en este taller, es que me habléis de vuestras inseguridades en vez de hablarme de lo que os flipa de vuestro cuerpo. Después de unas cuantas visitas por aquí, otro gallo es el que canta, pero de primeras, la carta de presentación es vuestra lista de Don’ts.
Date un respiro ¿Te vas a morir sin haber aprendido a sentirte bella? ¿Te vas a morir sin saber apreciar la belleza?
Y muchas siguen teniendo esa idea arcaica de que la belleza son únicamente los ángeles de Victoria Secret, pero la belleza no reside en saber perder kilos, reventarse en el gimnasio y que te maquille la persona adecuada. A veces eres simplemente bella porque no eres una snob clasista que se dedica a llamar gorda con desprecio a alguien que decide amarse sin encajar en el canon de belleza imperante. How dare she?
A muchas esta carta, les parecerá apología de la fealdad, pero es que la belleza nunca debió asociarse a estatus, vestimenta y rasgos físicos. Si no a tu capacidad de hacerte sentir bien y hacer sentir bien. Y no es un título que te otorgan, es algo que ya tienes.
Ni armonización facial ni leches, una bonita conversación interna es lo que nos hace falta ¿ O quieres tener la misma cara que la influencer de guardia?
Las energías bonitas te poseen, te dominan, te convencen y te liberan. Y nunca dependen de lo verdes que sean tus ojos.
Duchas de amor propio es lo que toca hoy, y siempre.
Love,
Nu.