¿Cuánto dolor ha de ser creado antes de que le dejes ir?
A tu hábito de volver a él (o a ella) me refiero.
Porque loco, psicópata o mala persona, por no usar otros calificativos con las letras HDP, es aquel que regresa, insiste y amenaza para estar presente en nuestras vidas cuando ya no lo sentimos parte de ellas, cuando ya le hemos dicho claramente que no le queremos ahí.
Pero llamar a alguien tóxico cuando tú eres la primera que le encanta que se meta en tu cama cuando sabes que al día siguiente se olvidará de ti, me parece un ataque gratuito y una irresponsabilidad por nuestra parte si presumimos de ser las creadoras de nuestra vida.
Así que vamos a reducir el significado de la toxicidad, sólo por hoy, a esas parejas que se matan, torturan y vuelven una y otra, y otra vez. Porque no creo que este sea el espacio para hablar de personas, mujeres u hombres, bajo la manipulación de sus parejas. Eso es algo muy serio, como para comentarlo en una sola carta. Ya que cuando se meten en tu cerebro, la libertad puede dejar de ser una opción y yo hoy aquí voy a hablar tan sólo, de personas libres que eligen voluntariamente pasarlo mal porque se engañan creyendo que esa mierda, es lo único que se merecen.
Hablaremos de dos personas que se eligen para sufrir juntas, para querer cambiarse el uno al otro en el nombre del amor.
Tóxicas lo somos nosotras cuando a pesar de saber que esa persona no es la mejor decisión ni compañía, volvemos a caer porque nos sentimos solas o just because the sex is awesome. Al menos dime que el muchacho tiene talento porque si no, ¿cuál es la gracia de caer? Si caes, hazlo para sacar un 10 y pensando ¡Qué me quiten lo bailao!
De eso sé yo mucho. Y de mis comportamientos tóxicos también.
Yo he estado a los dos lados. También he sido la chica a la que mirabas y pensabas ¿qué hace con este?
Pero ahora, pasados años, sigo viendo a mujeres adultas, con trabajos que les gustan, económicamente independientes y con cultura, repitiendo, en mayor o menor agresividad por parte de sus parejas, la misma historia. Manipulación, faltas de respeto y mucho dar por sentado que hagan lo que hagan ellas siempre van a volver a ellos.
Cuando vuelven y pasa lo mismo, se hacen las sorprendidas. ¡Un Goya pa´ ti! Porque no me puedo creer que esto te parezca una novedad.
-Si solo nos hemos dejado 5 veces.
-Venga, pues ve a por otras 5, total, una arriba, una abajo. Quizás a la décima te dan un viaje para dos personas.
Porque tú le eliges, una y otra vez. Porque te consume la impaciencia. Prefieres alguien ya, que dar espacio al chico adecuado. (Iris Elba por ejemplo, eso sí que es un gentleman)
Yo ahora sé que elegía quedarme, porque no me quería, así que él hacía de verdugo, yo de víctima, y en mi falta de amor propio, obtenía mi mini dosis de amor de él.
Pero…¿por qué mujeres adultas e independientes ELIGEN volver? ¿Cuanto dolor deberán vivir antes de mandar todo a tomar viento? ¿Cuando su corazoncito no pueda tragarse más mentiras ni promesas vacías por ambas partes?
Si esperabais que me pusiera a arrastrar a esa persona que nos hace mal, pensasteis rápido y fácil. Podría, pero es inútil. La pregunta es ¿Para qué le sigues eligiendo? ¿por qué narices te engañas? ¿No te mereces vivir feliz? No se trata tanto de señalar los comportamientos tóxicos de alguien si no de hacerse cargo de los tuyos propios.
La toxicidad está en tus decisiones. Consintiendo esas situaciones desagradables, conformándote con ellas y haciéndolas lo habitual de tu día a día.
Él puede que sea un gilipollas de manual, pero tus actos le dicen: <<Por favor sigue siendo así, que yo siempre estaré aquí para ti mientras me imagino que esta relación es maravillosa>>
Yo no siento ya pena por gente en este tipo de situaciones y tampoco me rindo con ellas, porque sé que es posible despertar y dudar de ellas, sería incapacitarlas. Pero, si yo no me rindo contigo, no te rindas tú, porque de nada valen mis buenas intenciones, si tú no las tienes para ti.
No podemos tener la energía en dos sitios: en estar alegres y en pasar tiempo con quien no nos sienta bien. Es contradictorio, y la vida no atiende a energías partidas. La vida no piensa << Nuria está aquí pasándolo mal pero en realidad le gustaría estar disfrutando, vamos a traerle algo mejor>> La vida simplemente te da aquello donde tienes puesta tu atención. Así que, a ver donde la tienes. Que aunque yo siento que Dios existe, no creo que sea Papa Noel y sé que las manos me las tengo que manchar un poco.
No es él, somos nosotras.
Basta ya con el victimismo. Mientras estemos en esa posición, de manera libre y seas tú la que vuelve, lo eliges. Vete al espejo y te dices <<Elijo estar con una persona con la que no puedo ser feliz>> A ver si así, contándote la verdad, despiertas.
Haz el aprendizaje y sigue adelante.
Tienes que ser tu mejor amiga, no él. Él no sabe lo que es mejor para ti, ni es su tarea, eso lo debes saber tú e ir a por ello. No puedes pedirle a alguien que te ame bonito, si ni siquiera tu sabes como hacerlo. Libros, charlas, lágrimas y muchas ganas. Muchas ganas de vivir en tus condiciones. Pero se puede, sólo tienes que ganarle a la costumbre de elegir mal. <<Voy a elegir más de lo que me sienta bien>> Y esto es aplicable a cada espacio de nuestra existencia.
Antes me cabreaba con el otro, y se me llenaba la boca de <<Qué hijo de la gran…>> (Soy una persona de taco fácil) pero ahora con un poquitín más de vida, me separo y veo que son ellas las que vuelven, que era yo la que volvía, por no responsabilizarnos, por escoger el camino fácil y corto para estar “bien”.
Espero que este fin de semana nos lo dediquemos para ver que quien está a nuestro lado, es un regalo y llenarnos de gratitud. Y si no, os hacéis un Marie Kondo de novios, que tampoco estaría mal, lo de llenar el mundo de parejas bonitas como la de mi amiga Olga o mi amiga Chus. Otra carta se la dedicamos a ellas.
Gracias por la espera estos días, pero quería escribir disfrutando.
¡Que tengáis buen finde!
Love,
Nu.