Devagarinho es la nueva palabra portuguesa que he aprendido esta semana. Significa lentamente, despacito. Varios días cantando
Devagarinho de Gilsons
(ponedla para la lectura) <<Eu quero te dar o meu amor devagarinho>> sin saber que lo más importante de eso que cantaba sobre dar mi amor, era hacerlo poquito a poquito. Y he podido ver que la mujer que soy, se ha formado, también, lentamente y de la mano de Cléa. Marca que, además de mi sueño, es la mayor terapia que he hecho. Es mi espejo para ver quien soy. Para ver a donde voy. Para observar lo que me doy y lo que me quito. Parece que vendo ropa pero yo se que estoy vendiendo mi viaje personal, mis alegrías y mis aprendizajes.
Hoy miro orgullosa en quien se ha convertido. Un lugar donde todas tenemos espacio, espacio para sentirnos fuertes, guapas, inteligentes, sexies sin pedir perdón, con y sin maquillaje, con y sin arreglar, solteras o con pareja, con barriga o sin ella. Lugar donde compartimos la misma mentalidad: vivir despacio, con menos pero mejor, rodeadas de la mejor compañía y disfrutando de las pequeñas cosas de la vida como puede ser una comida con amigas.
También miro con admiración a quien me ha traído por el camino y se ha unido al proyecto. Ahora estoy bien acompañada. Está Eloise en la parte de
business
y está Christie en la parte de
marketing.
Aunque ella dice que lo hace por jugar yo creo que es parte fundamental del equipo. Lo mejor, que las dos llegaron de la nada, por Instagram, así que las redes sociales tienen cosas buenas, entre ellas, la posibilidad de enviaros estas cartas ya que a la mayor parte, no os pongo cara.
Las tres compartimos algo, el
spanglish, hip-hop y R&B
(regla Nº1 de Cléa)
y el respeto a las personas
.
Porque de nada vale que cuidemos del planeta, si nos olvidamos de los seres humanos que lo habitan. Así que, por mucho que cada mañana me queje de porqué Dios me dio escrúpulos y no puedo vivir de revender Aliexpress, en el fond, me alegra el saber que lo estamos haciendo bien.
¿Y bien para quién?
Para Luz. El bebé que aparece en nuestra nueva campaña. Y para todos esos bebés que nos roban el corazón, que nos hacen poner lo importante en el lugar de lo importante y nuestra mejor versión, sobre la mesa.
Este fue el texto de partida:
Esta nueva colección se la dedico a Luz. Que cuando se quedó acurrucada entre dos cojines mientras medía a su madre, me robó el corazón. HER está dedicada también a las mujeres que hacen avanzar este mundo. Con alegría, con fuerza, compartiendo sus dones con todos los demás. A aquellas mujeres que disfrutan de comer, de reír, de amar.
Queremos ser las mujeres que Luz tenga de referencia. Queremos ser las mujeres que se preocupan por los demás porque es lo único que tiene sentido.
Cuidamos del medio ambiente por ella. Nos amamos por ella. Somos la generación que quiere hacerlo mejor para los que vienen detrás. Queremos ser ejemplos de alguien mejor, para que ella no tenga que aprender a serlo de la manera difícil. Para que no tenga que crecer y limpiar nuestro desorden.
Como os podéis imaginar, la madre llorando. Nuestras amigas llorando. Todas llorando.
Pero nos quedo una sobremesa preciosa con la energía que queríamos transmitir.
Si hay una energía que me gusta en el mundo es la energía de madre, esa madre protectora que te apoya, que te guía, conectada a su intuición, sexy, fuerte y que también sabe ser vulnerable. Yo todavía no soy madre, pero me siento así. Mamá de muchas, y a la vez, mamá de nadie.
Digamos que hacemos las cosas bien para alguien que ni siquiera conocemos, para alguien que todavía no existe, pero con ellos en mente, porque no queremos que se nos caiga la cara de vergüenza si alguien señala, que lo pudimos hacer mejor por los que venían.
Me gusta pensar que este es nuestro legado. El de caminar
devagarinho
para llegar mejor. Coser a mano, pensando en los demás en a cada paso. Vosotras nos apoyáis a hacerlo posible. Y eso me hace muy feliz.
Las nuevas fotos y el vídeo aquí:
All my love,
Nu.