Qué triste. Pero qué cierto. Porque a la masa cuanto menos les cuestiones sus complejos e inseguridades mejor. Además que como confundieron la seguridad con la arrogancia, y la capacidad de amarse sin menospreciarse con ser una creída se piensan que si tú te quieres, ellas no podrán hacerlo y por su incapacidad, te bautizan como gilipollas.
Es chocante. Es chocante oír a una mujer decir de sí misma: ¿¡qué buena estoy no!? De repente todas sacan el medidor de “buenorrismo” para ver si la otra persona está delirando o en lo cierto. ¿Buenorra según quién? Según ella misma, porque si nos mide la sociedad ya te digo que se salvan pocas.
A mi también me choca, pero para bien. Es un alivio. Un placer. Es liberador. Y al principio me desconcertaba, pero solo por ese entrenamiento para no gustarnos al que nos han sometido y nos siguen sometiendo. Ya que para vender más ya sabéis: muestra a la gente que no son felices y véndeles su felicidad.
De lo contrario, no nos extraña que alguien se hable mal, hasta nos unimos y volvemos cómplices. Que alguien se guste nos chirría ya que nos pone de frente a nuestra inseguridad si todavía no le hemos puesto solución, si no hemos asumido que estamos buenísimas para nuestro propio goce y disfrute, y para que nos partan en dos.
¡Creída! ¡Flipada!
Llámamelo por favor, si eso significa que me gusto y que ya no me odio en el espejo. No voy a tener ni un poco de piedad con eso. Es como las amigas que te pedían que no te pusieras tacones para que no fueras alta pero ellas si se los podían poner porque eran bajas. En el nombre de nuestra amistad: Me niego.
Y es que no se trata de ser la más guapa y que te den una corona. Es simplemente darte permiso para sentirte así sin negarselo a las demás, y sin pensar en lo que considerarán las demás, es pa’ ti. Que yo me guste no te lo impide a ti, te lo impide tu amargura, tu envidia, tu falta de conocimiento en el tema y tu falta de curiosidad para mejorar. No yo, ni mi culo ni mi sonrisa. Más tu falta de sonrisa.
Llegó el momento, hace muchos años, de pegarle una patada a comportamientos antiguos de Chicas Malas y ser mujeres de verdad, de las sabias, de las generosas, de las buenorras, de las que están en su centro, de las que no se sienten dueñas de nadie ni propiedad del otro, de las que construyen comunidad y no barreras entre ellas. Es lo poquito que nos queda por barrer y es tarea nuestra.
Las que quieran seguir en una pelea de patio de colegio, genial, pero que se despellejen y tiren al suelo entre ellas, que yo estoy muy ocupada repartiendo cariño.
Y ya llevo unos años sin jugar pequeño, sin callarme, admitiendo que me gusto abiertamente, y diciendo en voz alta que me gusto así como hay días que digo ¡Dios mío que pintas llevo! también, en voz alta.
Que no os extrañe que la gente se guste, y uniros a la causa. Es gratis.
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Love,
Nu