Ser autónoma la gente lo entiende como” ¡Qué guay! Trabajas para ti. Organizas tu tiempo según tus necesidades”, como si ser autónoma fuera solo poder levantarte cuando te da la santísima gana. Se les olvida añadir que si no movemos el culo, no comenos ni seguimos inyectando dinero a nuestro proyecto. Trabajo más que cuando lo hacía por cuenta ajena. That’s a fact. También soy infinitamente más feliz, madura y siento que estoy cerca de mí, de verdad.
“¡Joder, qué suerte!”
¿Suerte?
Hice lo que tenia que hacer para estar feliz. No me iba a atrapar a mi misma en la mentira de que me encantaba ser maestra. Gracias a Dios eso me dolía más, que la incertidumbre.
La gente dice que es valentía, para mi es sensatez. Yo me iré al hoyo satisfecha con quien fui, con lo que hice y cabreada con ese robo llamado tarifa de autónomos, con eso y con el fast-fashion.
A veces se hace cuesta arriba, hay meses que no se vende tanto y aprieta el dinero (aunque siempre llega). Aun así, si te pilla cansada, puedes dejarte invadir por el miedo y acabar pensando que no vas a vender nunca más. Y en ese momento, todo lo que te hayan podido decir para disuadirte de apostar por tu sueño, vuelve a tu mente y te planteas si esas personas, pudieran estar en lo cierto: Que es difícil y casi imposible que funcione. Pero en cuanto sueltas el volante y confías, todo se coloca solo. Clientas nuevas everywhere. Dudas disueltas.
Cuando te invada el cansancio, habrá gente te mire con cara de que podrías dejar de hacer lo que haces, como sí hacer lo que amas fuera un lujo del que podrías prescindir. A cambio de un sueldo fijo, que entra religiosamente cada mes, el mismo día, con sus pagas extra dos veces al año. Como si soñar fuera de gente blanda y sensible, cuando hacen falta unos buenos ovarios para apostar por ti. No necesitas amigos que te digan de buscarte otro curro. Necesitas ride or dies.
Necesitas gente que crea por ti en tu proyecto cuando a ti se te olvide cómo . Que busque maneras de generar ingresos con tu proyecto y no con otros trabajos porque tu proyecto no funciona. Gente que te entienda pero que no te tenga pena. Un grupo de amigas que se hablen entre ellas como las Destiny’s Child en sus canciones. Clarito.
Eres emprendedora y te encomiendas a ti y a Dios, aunque antes no creyeras. Te encomiendas a los buenos hábitos, a las buenas amistades y a las buenas relaciones. A los buenos libros y a la música que te mantenga el ánimo alto. Me preguntan como compaginar la vida personal y laboral: Work hard, Play hard.
Por las mañanas 20 min de meditación o sexo, o ambas. O orgasmo con intención. Si el cardio en pareja ha sido intenso, te puedes saltar el pilates. Desayuno tranquilo, lo que te guste y nutra. Musiquita. Y nunca te aprietes tanto trabajando que no tengas energía para amigos, familiares y pareja, o peor, te enfermes. De hecho, la relajación y la diversión son parte de tu trabajo. Si no la máquina no funciona, el tiempo fuera del taller es tiempo de recuperación para seguir haciendo las cosas bien y mejor. Inclúyelo en tu trabajo, si así te das más permiso para disfrutar del tiempo libre. Es tu trabajo descansar también.
Los autónomos tenemos que ser los reyes de la autodisciplina, para trabajar cuando no tienes a nadie para recordarte que debes hacerlo. Para no sabotearte. Para reconocer que necesitas ir a terapia cuando tengas atasco mental porque ya no disfrutas tu vida. Nadie va a ser más duro que tú misma contigo. Nadie te va a exigir más que tú. Pero tampoco nadie se la va a gozar más. Y digo esto después de haber llorado todo el lunes por el agotamiento que tengo encima de tantos años llevando esto sola. Ganas me daban de cerrar Cléa e irme a una isla. Ahora ya mejor, solo un poco de tos, del estrés que puse en mi hombros.
Y yo me pregunto ¿qué me frena a pensar que puedo vivir de puta madre con Cléa? Lo de ingresos fijos, estables y en aumento. Mi programación, mis creencias, supongo. Programación que se puede cambiar desde nuestra conversación. Hablemos mejor. Háblate mejor. Me hablaré bien.
La gente con proyectos personales hacen el mundo mejor. Emocionan, inspiran, hacen sentir bien a los demás. Y es nuestro deber apostar y apoyar a esas personas. Hay gente que habla de cómo le gustaría que el mundo fuera un sitio mejor y hay gente que va y lo hace un sitio mejor. No lo deja al azar, lo hace. A esa gente, hay que cuidarla. Y hacerles saber que amamos lo que hacen.
Otra carta, un miércoles de lluvia.
Love,
Nu.